domingo, 2 de septiembre de 2012

Director invitado: Michel Gondry. REBOBINE, POR FAVOR (Be kind rewind). Estados Unidos, 2008


FICHA TÉCNICA

Dirección y guión: Michel Gondry.
Duración: 101 min.
Género: Comedia.
Interpretación: Jack Black (Jerry), Mos Def (Mike), Danny Glover (Sr. Fletcher), Mia Farrow (Srta. Falewicz), Melonie Diaz (Alma), Sigourney Weaver (Sra. Lawson).
Producción: Georges Bermann y Julie Fong.
Música: Jean-Michel Bernard.
Fotografía: Ellen Kuras.
Montaje: Jeff Buchanan.
Diseño de producción: Dan Leigh.
Vestuario: Rahel Afiley-Salmon y Kishu Chand.

RESEÑA

MICHEL GONDRY Y SUS CREACIONES

Por Carles Matamoros

En búsqueda de la madurez

Sería terriblemente injusto juzgar a Michel Gondry por su corta trayectoria cinematográfica. Su caso es similar al de los más brillantes creadores de su generación —la que se hizo célebre en los 90— que, partiendo de un terreno inicialmente destinado a la promoción —la publicidad, los vídeoclips—, han conseguido labrarse un prestigio autoral que no da lugar a las etiquetas. Tanto da si la firma del francés está detrás de un anuncio para Hewlett-Packard, de un vídeo para los White Stripes, de un corto autobiográfico o de una película con Jack Black, porque estamos ante un universo audiovisual que no conoce límites donde la marca Gondry es, para bien y para mal, una de las más solicitadas.
En este paradigma, un divertimento como Rebobine, por favor (Be Kind Rewind, 2008) sólo puede entenderse como un proyecto más en una carrera llena de hitos. Y no como la confirmación del (hasta ahora) limitado talento de Gondry para escribir guiones. De todas formas, la película es también un perfecto (y quizás involuntario) compendio de algunos de los campos  explorados por este director en sus dos décadas detrás de las cámaras. Una serie de territorios en los que, a partir de su último filme, intentaremos transitar en este artículo.
De Andy Warhol a YouTube
Aunque el nombre del icono del pop art neyorkino no se suela asociar al universo del responsable de ¡Olvídate de Mí! (Eternal Sunshine of Spotless Mind, 2004), lo cierto es que hay evidentes puntos de contacto entre la concepción del arte de estos dos creadores. Al interés multidisciplinar de ambos, se le suman las conexiones visuales que surgen entre las serigrafías de Warhol a celebridades como Marilyn Monroe o Elvis Presley y las obsesivas multiplicaciones de las estrellas que protagonizan algunos vídeoclips de Gondry como Let Forever Be (1999), The Hardest Button to Button (2003) o Come Into My World (2002). Diríase que los dos autores parten del trucaje y la repetición para conseguir imágenes sugerentes que distorsionan tanto las nociones de realidad y ficción como las de consumo o fama. Precisamente, a este último aspecto se ha referido en diversas entrevistas el director francés, francamente preocupado —como Warhol— por su imagen pública y su papel como artista.
A propósito de algunas quejas virtuales vertidas hacia sus vídeos personales colgados en  YouTube —en los que Gondry aparece tocando la batería o resolviendo un cubo de Rubik mediante métodos variopintos—, el director deHuman Nature (2001) se ha mostrado comprensivo y no ha escondido la relevancia que para él tiene que el espectador asocie su imagen con la de sus trabajos. «Creo que yo hago este tipo de espectáculos para buscar un poco de fama. He conocido muchos directores que se esconden detrás de la cámara, y no por modestia, sino por egoísmo. Siento que quieren crear una especie de misterio a su alrededor, y a mí no me agrada esa manera de comportarse (...) Me di cuenta de que soy una persona tímida, y lo era aún más cuando comencé a trabajar, pero aún así quería que la gente pudiera relacionar mi cara con mis producciones (...) Las personas deben recibir crédito por las cosas que hacen para estimular la creatividad. Sé que suena un tanto ególatra pero creo que es algo sano. Por ejemplo, si yo hago una pintura y a la gente le gusta, es un logro mío y el mérito me pertenece» [1].
A esta búsqueda de reconocimiento popular se puede deber también una producción como Rebobine, por favor en la que Gondry aparca la amargura y muestra su vertiente más amable y nostálgica. No es que el filme deje de ser personal —los personajes de Jack Black y Mos Def son, al fin y al cabo, dos tipos con talento que ansían superar su timidez y ser tan apreciados como lo es hoy su creador—, pero sí tiene una defensa de la superación colectiva un tanto melosa e ingenua que contradice al espíritu individualista y excéntrico del realizador francés. Y es que aunque lo intente, Gondry no puede (ni debe) ser Frank Capra. Pese a todo, se agradece el esfuerzo del responsable de La Cienciadel sueño (La Science des rêves, 2006) por alejarse de los lugares comunes de su videografía e intentar ampliar su mirada más allá de su habitación. Por una vez, los recuerdos privados de Gondry dejan de ser el material principal de su cine. Y el imaginario colectivo de toda una generación de espectadores —de la que el director es tan sólo un miembro más— es el que configura una trama catártica y reivindicativa.

Del remake a la interactividad

Aún considerando este último filme menos autoral que los dos anteriores, no es descabellado pensar que los remakes artesanales (o vídeos asuecados) que con tanto ímpetu graban los protagonistas de Rebobina, por favor sean una extensión de la propia labor como realizador de vídeoclips de Gondry. Ni alcanzan la refinación de Protection (1995) o Isobel (1995) ni incorporan la música como un elemento relevante, pero sí reinciden en la importancia que para el director de ¡Olvídate de Mí! siempre ha tenido la imaginación, dispuesta a llegar donde no alcanzaba el presupuesto. Incluso hoy —cuando el realizador francés dispone de excelentes condiciones económicas para sus proyectos—, su visión creativa es similar a la expresada en los trabajos primerizos para la banda de pop Oui Oui (de la que él formaba parte como batería) en los que el reciclaje y la materialidad estaban por delante de los grandes efectos especiales.
Por otro lado, reversionar Los Cazafantasmas (Ghostbusters, 1984),Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy, 1989) o Robocop (Robocop, 1987) es también un acto noble que nada tiene de paródico o alimenticio. Aunque sea en un mundo de (semi)fantasía, los personajes de Gondry se sienten transformados por el poder de un cine en apariencia evasivo. Pero que, a la postre, es mucho más cercano a ellos que el que a día de hoy producen los grandes estudios. La revolución cinéfila está destinada al fracaso (el vídeoclub será pasto de la especulación inmobiliaria y de las nuevas tecnologías), pero los que participen en ella sabrán del irrefrenable poder de unos fotogramas que nada tienen de intocables. Si, en palabras de la utópica señora Falewicz (Mia Farrow), “el pasado nos pertenece y podemos cambiarlo si queremos”, las imágenes adheridas a nuestro imaginario son también manipulables y propensas a transformarse en nuevas creaciones. Tan o más libres que Fats Waller Was Born "Here", el documental cooperativo grabado por la comunidad de Rebobina, por favor. 
En esta línea, el cineasta de origen armenio Yervant Gianikian lleva años explorando archivos cinematográficos en peligro de desaparición. Imágenes ya rodadas a las que da un nuevo sentido a través de montajes tan poderosos y extremos como el de Dal polo all'equatore (1987) o Oh,Uomo (2004). Algo parecido sucede —a un nivel más modesto y menos experimental— entre los seguidores virtuales de Gondry que, si bien no combinan imágenes, sí homenajean, imitan y parodian las creaciones de su ídolo. Un niño intenta resolver un cubo de Rubik según la fórmula ideada por el realizador francés. Un joven descifra didácticamente los trucos visuales escondidos en un vídeo. Y el mismo Gondry acaba interactuando con los internautas con otra creación. Todo fluye en un terreno sin copyrights ni restricciones, en una red de redes donde uno puede encontrar tanto los vídeos asuecados de Rebobina, por favor como un extraordinario remake —a cargo de dos tipos llamados Aytuğ Úngör y Umut Ulus— del hipnótico y desasosegante vídeoclip  de la canción Sugar Water(1996), realizado originalmente por el director de Human Nature parael dúo japonés Cibo Matto.
Texto extractado de: http://www.miradas.net/2008/n73/actualidad/gondry/gondry.html

GALERÍA








TRÁILER


ENLACE DE INTERÉS
Link al texto "El artificio estético de un soñador: Michel Gondry", escrito por Fátima de los Santos Romero. Para acceder, click aquí