Ficha técnica:
Título original: The Unbearable Lightness of Being
Duración: 132 minutos
Género: Drama
Color: Color
Director:Philip Kaufman
Guión: Philip Kaufman, Jean-Claude Carrière
Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Stellan Skarsgård, Juliette Binoche, Lena Olin, Jacques Ciron, Donald Moffatt, Erland Josephson, Derek De Lint, Daniel Olbrychski, Tomek Bork, Bruce Myers, Pascale Kalensky, Pavel Slaby, Ann Lonnberg, Laszlo Szabo, Jan Nemec
Fotografía: Sven Nykvist en Technicolor
Montaje: Walter Murch
El hombre vive una vida. Pasa automática como un suspiro, una pluma mareándose en la gravedad, un cuerpo que cae al vacío, tenso, despojado del peso de su alma, flotando en el espacio. Solamente una vida vive el hombre.
“The Unbearable Lightness of Being” se trata de la adaptación cinematográfica de la extensa novela, homónima, de Milan Kundera; el sueño realizado de todo artista, en manos de Philip Kaufman. Tres horas que pasan como una vida, tenues, leves, ágiles, fugaces. Se detienen un segundo, en flashbacks, miles de imágenes acurrucadas en la retina y se van, presas de un despotismo, vulgaridad, efervescencia insospechada.
Pero, ¿con que carga una vida? ¿El peso de vivir? ¿De sentirse parte de un ecosistema igual, adaptable, moldeable? ¿O la levedad del misterio que la circunda, de la incógnita de su propia existencia? ¿Peso o levedad?
Levedad: el ser humano no altera su condición, no transfigura; se adapta, si, pero vuelve a su posición inicial cuando siente el peso de la ausencia existencial. Sin embargo, lo forja una cálida misantropía y necesita cercarse de actores secundarios para devolverle la idea de su privación, de su unicidad. Ese magnetismo espiritual es llevado por el deseo desenfrenado, nuevamente, a lo real del mundo: lo tangible de las experiencias, el coito como primera medida de acción, comer, dormir, cagar. Lo real dentro de una vida (leve) que no se altera, que pasa inadvertida, transcurre invisible, como una pluma, un suspiro, etcétera.
Peso: ¿acaso la carga de una vida no es suficiente peso? Existen bombas pergeñadas para acabar de un segundo a otro con millones de vidas, por tanto, asumir cargar con una vida es demasiada responsabilidad, demasiado peso en la espalda. No sólo bombas, tiranos, guerras y totalitarismos; hambre, miseria, soledad, mutilación, pobreza, ignorancia. Sortear esos caminos, aunque a veces se encuentren allanados, también resulta un peso demasiado grave, acentuado.
“The Unbearable Lightness of Being” se trata de la adaptación cinematográfica de la extensa novela, homónima, de Milan Kundera; el sueño realizado de todo artista, en manos de Philip Kaufman. Tres horas que pasan como una vida, tenues, leves, ágiles, fugaces. Se detienen un segundo, en flashbacks, miles de imágenes acurrucadas en la retina y se van, presas de un despotismo, vulgaridad, efervescencia insospechada.
Pero, ¿con que carga una vida? ¿El peso de vivir? ¿De sentirse parte de un ecosistema igual, adaptable, moldeable? ¿O la levedad del misterio que la circunda, de la incógnita de su propia existencia? ¿Peso o levedad?
Levedad: el ser humano no altera su condición, no transfigura; se adapta, si, pero vuelve a su posición inicial cuando siente el peso de la ausencia existencial. Sin embargo, lo forja una cálida misantropía y necesita cercarse de actores secundarios para devolverle la idea de su privación, de su unicidad. Ese magnetismo espiritual es llevado por el deseo desenfrenado, nuevamente, a lo real del mundo: lo tangible de las experiencias, el coito como primera medida de acción, comer, dormir, cagar. Lo real dentro de una vida (leve) que no se altera, que pasa inadvertida, transcurre invisible, como una pluma, un suspiro, etcétera.
Peso: ¿acaso la carga de una vida no es suficiente peso? Existen bombas pergeñadas para acabar de un segundo a otro con millones de vidas, por tanto, asumir cargar con una vida es demasiada responsabilidad, demasiado peso en la espalda. No sólo bombas, tiranos, guerras y totalitarismos; hambre, miseria, soledad, mutilación, pobreza, ignorancia. Sortear esos caminos, aunque a veces se encuentren allanados, también resulta un peso demasiado grave, acentuado.
Como una línea que atraviesa las formas del film, se encuentra la provocación, aliada perfecta, as en la manga, para batallar contra los infortunios, las circunstancias: el sexo es la mejor provocación visual, la imagen (no propagada en estándares) del erotismo es la balanza que regula entre el peso y la levedad, entre una vida y la nada.
Fuente: http://imfreakalot.blogspot.com/2010/08/la-insoportable-levedad-del-ser-1987.html
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