En un Munich de postguerra mundial, coinciden un marchante de arte judío, Max Rohtman (John Cusack) y un joven con pretensiones de artista de nombre Adolf Hitler (Noah Taylor), un encuentro que en la realidad nunca se produjo y Rothman es, asimismo, un personaje de ficción, pero que en la película sirven para contraponer dos visiones radicalmente distintas del mundo en general y del arte en particular.
Ambos personajes combatieron en la carnicería de Ypres, y ahí Rothman perdió su brazo derecho, y con él sus aspiraciones como artista por lo que toma el camino de convertirse en el marchante de expresionistas como Grosz o Max Ernst. Un personaje de familia acaudalada, casado con una aria y que no tiene especial apego a su tradición judía, sino que es un hombre mundano, marcado por la guerra y su barbarie y de ahí su aprecio por las obras de arte que denuncian ese sinsentido. Las obras de arte no tienen porque ser bonitas o tener buena técnica, tienen que ser honestas, le dice, poco más o menos, en un momento dado al cabo Hitler.
De todos es conocida la pretensión de Hitler de ganarse la vida como artista, pero las instituciones le cerraron las puertas a una enseñanza reglada, y en la película se le dibuja como un artista sin talento (que lo era) obsesionado con la guerra de una forma radicalmente diferente a la de Rothman. La guerra como higiene, como gloria, como espacio natural de una raza aria llamada a dominar el mundo, y llega a la conclusión de que el arte unido a la política, es igual a poder.
La película transcurre por unos caminos lánguidos, sin aristas reseñables, y en la que a ratos parece que se contempla con cierta complacencia (como hicieron millones de alemanes) el mensaje xenófobo de un chillón Hitler que estaba empezando a elaborar el pensamiento que luego reflejaría en Mi Lucha. Los dos personajes terminan siendo afectados dramáticamente por el radicalismo de unas ideas llamadas a despertar el orgullo alemán después de verse obligados a firmar la paz de Versalles.
Fuente: http://lavidanoimitaalarte.blogspot.com/2009/12/max-menno-meyjes-2003.html
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