sábado, 26 de febrero de 2011

LAS PELÍCULAS DE WONG KAR-WAI: "DESEANDO AMAR" (In the mood for love)

Una historia de amor imposible
Por Alejandro del Pino
Al principio la solidaridad en el resentimiento, después la complicidad y más tarde el amor contenido, marcan la compleja y atormentada relación que mantienen los dos protagonistas de In the Mood for Love, del director nacido en Shangai Wong Kar-Wai. Una historia de amor imposible narrada con sutileza, elegancia y cierto manierismo formal donde destaca la cuidada fotografía del australiano Chisthopher Doyle y la modélica interpretación (tan sobria como matizada) de los dos actores protagonistas.
La mayor parte de la trama se desarrolla a principios de la década de los sesenta en una pensión de alquiler de Hong Kong donde viven Chow Mo-Wan (Tony Leung) y Li-Zhen (Maggie Cheung) que descubren casi simultáneamente que sus respectivas parejas tienen un romance. La monotonía del trabajo, el ambiente acogedor pero opresivo de la vida de pensión y la soledad a la que están abocados por las ausencias prolongadas de sus cónyuges (ambos tienen que viajar por motivos laborales) les lleva a intimar y a comenzar una relación tan intensa como distante.
Una película basada en la elipsis y en los fueras de campo, donde el peso de la historia se asienta sobre gestos y planos detalles (zapatillas, humos de cigarrrillos, manos,...) con una fuerza sensorial extraordinaria, llena de matices y sugerencias. Una obra intensamente emotiva que huye de cualquier tipo de exhibicionismo, tanto físico como sentimental. No hay escenas de amor apasionadas, no hay contacto físico. Los protagonistas nunca dicen claramente lo que piensan ni lo que sienten, y sin embargo Wong Kar-Wai consigue trasmitirlo. El director asiático ha tejido en In the Mood for Love un apasionado y poliédrico ejercicio de estilo, donde el espectador tiene que encajar las piezas y construir su propio puzzle. La originalidad y extrañeza del film también queda reflejada en la banda sonora, en la que destaca la voz de Nat King Cole cantando en castellano.
Quizás lo más sorprendente y original de esta película es el difícil equilibrio que consigue entre artificiosidad y pureza, entre la búsqueda de sutileza a la hora de expresar la pasión amorosa y su elaborada recreación formal. El deseo de sugerir en vez de mostrar y el respeto extremo con el que Wong Kar-Wai trata a los dos protagonistas principales emparentan In The mood for love con películas como Breve encuentro, pero su plasticidad gestual, el uso continuo de recursos estilísticos (como la repetición de determinadas escenas o la intencionada ocultación de los rostros de los dos cónyuges de los protagonistas) o su riqueza sensorial desbordante nos remite a un tipo de estética cinematográfica muy alejada del film de David Lean.
In the Mood for Love, traducida en España como Deseando amar, es la séptima película de Wong Kar Wai que se dio a conocer al público occidental con las obras Chunking Express y Happy Togheter. En la edición del Festival de Cannes del año 2000,  el film de Wong Kar-Wai obtuvo dos de los galardones más emblemáticos del certamen: el premio a la mejor interpretación masculina para Tony Leung y el Gran Premio de la Comisión Superior Técnica. 

Texto tomado de: http://www.cinestrenos.com/cartelera/critica/deseando/deseando.htm

 
Para descargar la banda sonora original de la película, haga click aquí

sábado, 19 de febrero de 2011

LAS PELÍCULAS DE WONG KAR-WAI: "HAPPY TOGETHER"


Volvamos a empezar

Por Oswaldo Osorio


No acabo todavía de agotar adjetivos refiriéndome a la reveladora obra del japonés Takeshi Kitano y a su filme Hana-bi, cuando nuevamente tengo que emprender un proceso similar con el director Wong Kar-Wai, a propósito de su película Happy together (1997). Aunque el cine del uno, tanto temática como estilísticamente hablando, se encuentra casi en las antípodas de la filmografía del otro, tienen en común una originalidad sin concesiones, un audaz talento, un cierto halo melancólico y poético y la certeza de que con cada una de sus películas están inventando buena parte del cine de fin de siglo.
La presentación en sociedad la hizo Wong Kar-Wai por culpa de Quentin Tarantino y su productora Rolling Thunder con su cuarto largometraje, Chungking Express (1994), y luego, con la prolongación de este mismo filme en otro titulado Fallen angels (1996), obligó a cualquier curioso y buen catador de cine a mirar hacia su temprana filmografía. El resultado de esta mirada retrospectiva fue la inclusión de su nombre en cualquier inventario de forjadores del cine del nuevo siglo. Su obra es un enclave en ese mar de comedias urbanas y películas de acción y de artes marciales que componen el panorama del siempre singular y vivaz cine de Hong Kong: Wong Kar-Wai hace cine de autor donde los géneros son el basal principal de la producción, recrea dramas donde la acción es un imperativo, su violencia no es la del tartamudeo de las armas sino el desasosiego del desamor y sus imágenes no están pulidas con esa vertiginosa precisión propia del cine de la ex-colonia inglesa, sino que son estéticamente descuidadas y sucias (en el estricto sentido del clasicismo cinematográfico) y con una concepción distinta y contradictoria del vértigo y la aceleración.


Ni contigo ni sin ti
En Happy together la eterna ciudad nocturna de Wong Kar-Wai ya no es Hong Kong sino Buenos Aires. Pudo haber sido cualquier otra, porque la capital argentina no tiene otra función dramática y narrativa que ser extraña para una pareja de asiáticos que llegaron a ella “para volver a empezar” una relación que desde el principio se nos plantea como problemática; sólo el hecho de quedar en las antípodas de Hong Kong le da cierta significación, pues acentúa la lejanía en que el par de protagonistas se encuentra con respecto a su lugar de origen. Esta lejanía es el primer signo del desarraigo de los personajes, no sólo geográfico sino también afectivo. Porque son dos hombres perdidos en una ciudad extraña y en la melancolía, que se encuentran indefensos y vulnerables ante las circunstancias, ante su condición de homosexuales y de extranjeros. Por eso cada tanto “vuelven a empezar” esa relación  tormentosa, ese amor fou inconsistente y esa trágica contradicción de los sentimientos que no permite la convivencia ni tampoco la ausencia.
Aparentemente se trata de dos personajes por completo distintos, el uno serio, taciturno, diligente y trabajador, y el otro alocado, cínico, inconsecuente y sin escrúpulos. Pero a la larga terminan por parecerse mucho, en principio porque “todos los solitarios son iguales”, pero también por tener tanto en común: su lugar de origen, su desarraigo, su homosexualidad y su necesidad-hastío ante el otro. Son todas esas cosas las que los reúne y une en una pensión porteña de mala muerte, las que hacen que, en una imagen tan triste como emotiva y llena de significaciones, bailen con melancólica pasión un tango en la sucia y deprimente cocina de aquella pensión. Son esas cosas las que hacen que sean como un par de imanes que constantemente cambian su polaridad, repeliéndose y atrayéndose hasta el desgaste final.
Esta película es otro capítulo del desamor (ese que protagoniza más historias que su contraparte), ese sentimiento que casi siempre conduce, si no a la infelicidad, al menos a la tristeza permanente.  Hay en sus personajes una fatal presencia de la inestabilidad, de la búsqueda sin frutos y de la tribulación, porque siempre algo les falta o les pesa: la añoranza de su tierra o la falta de asidero, ya físico o afectivo; deambulan, soportan la vida en medio de una búsqueda en la que dan palos de ciego; pero aún así hay algo de esperanza, esperan volver a su país, el perdón de un familiar, “volver a empezar” alguna vez o al menos ver las cataratas del Iguazú antes de partir.


Las imágenes y el tiempo
Además de las historias que nos cuenta Wong Kar-Wai, de esas soledades que esculpe en el rostro de sus personajes y de esos universos que construye en torno al animal urbano, al desamor y a las relaciones personales, ya afectivas o fraternales; además de esto, faltaría hablar de la otra parte de su cine, que fascina tanto como sus historias y personajes y que funciona como perfecto complemento, esto es, la manera como registra con su cámara (con la complicidad de su fotógrafo Christopher Doyle) esas soledades y esos universos. Con un estilo en el que muchos han reconocido la frescura del Jean-Luc Godard de los primeros años, especialmente por aquello de las rupturas formales y narrativas, Wong Kar-Wai, quien no niega su admiración por el enfant terrible de la Nueva Ola, afronta sus historias con tal desparpajo formal que sólo podría ser capitalizado de manera tan afortunada por alguien con mucho talento. Este desparpajo es el rodaje sin guión, sólo con una vaga idea de lo que se va a hacer, idea que no está tampoco exenta de cambiar; también es rodar en condiciones adversas: de locaciones, de iluminación y de recursos.
Del desparpajo y la adversidad muchos directores han hecho verdaderos monumentos del mal gusto y la mediocridad, pero ahí radica la cualidad del verdadero artista, del veradero autor, quien puede transformar el deshecho o la ausencia en algo bello y sublime, en una obra que, como las películas de Wong Kar-Wai, van más allá de la anécdota y el retrato. Los tonos grises y opacos acompañan a los dos seres errantes de Happy together en su confusa llegada a la capital del tango y en su ruptura inicial, para luego colorear con extrañas tonalidades su entusiasmo cuando “vuelven a empezar”. Así mismo, las imágenes “robadas” en las calles porteñas, con una cámara al hombro hambrienta, perseguidora y voyeurista, son imágenes-juguete de la concepción del tiempo y del espacio del director: se congelan y se aceleran, y en su constante fluir la lentitud se contradice con la velocidad; el plano es amorfo y de una flexibilidad insólita, pero aún así conserva una expresiva belleza en el registro de todas sus imágenes, gracias a una intuición que sólo el buen artista sensible a la naturaleza de la imagen fílmica posee. Porque los elementos que componen ese estilo visual de Wong Kar-Wai tal vez cualquiera crea verlos en la compulsiva y onanista anti-estética de los video clips y de algunos programas televisivos, pero la diferencia está en el sentido que el director asiático le da a estos elementos, en la manera de ordenarlos, de concebirlos y de usarlos. Porque para hacer un cine así y con esos resultados, no es suficiente poseer o no los medios, ni la existencia o no de un guión previo, sino el talento, el don de artista y una visión personalísima del cine y de la vida.


Texto tomado de: http://www.cinefagos.net/index.php?Itemid=3&id=96&option=com_content&task=view



 



¿Quién es Wong Kar-Wai?

WONG KAR-WAI

Nació en Shanghai en 1958, emigro con su familia a Hong Kong cuando tenia 5 años.
Empezó en la industria como guionista y asistente de producción y en 1988 debuta como director imponiéndose rápidamente como "l'enfant terrible" de la cinematografía local. "As Tears Go By", además de su primera colaboración con Marggie Cheung como protagonista, se presenta en la Semana de la Crítica del Festival de Cine de Cannes 1989 en medio de una gran expectación. El triunfo es rotundo, y desde ahora se dará a conocer como magnífico realizador.
En 1990, "Nuestros años Salvajes", un film nostálgico sobre la amistad y sus decepciones con el trasfondo de los años sesenta, le sirve para reunir a seis de las mejores estrellas jóvenes del cine asiático, y recibir los 5 premios más importantes del Festival de Cine de Hong Kong 1991.
Los dos años siguientes los pasará rodando en las más lejanas regiones de China un magistral relato sobre artes marciales, Las Cenizas del Tiempo", cuya primera proyección tendrá como escenario el Festival de Cine de Venecia 1994. Allí recibe el Premio a la Mejor Fotografía y, en el Festival de Cine de Hong Kong 1994, otros tres destacados galardones.
Durante una pausa de dos meses en la post-producción de "Las Cenizas del Tiempo", rueda "Chungking Express" que se convertirá enseguida en un éxito internacional refrendado con dos premios en el Festival de Cine de Estocolmo 1995, y otros tres en el Festival de Cine de Hong Kong 1995. A continuación, filma un largometraje que él mismo define como "experimental", "Los Ángeles Caídos", cuya primera proyección tiene lugar en el Festival de Cine de Toronto, y que más tarde recibe otros dos premios en el Festival de Cine de Hong Kong 1996. 
Sus dos siguientes trabajos van a competición en el Festival de Cine de Cannes. "Happy Together", se proyecta en la edición de 1997 donde es galardonada con el Premio al Mejor Director, y el Premio al Mejor Actor en el Festival de de Cine de Hong Kong. "In The Mood For Love", se presenta en el certamen del año 2000 donde recibirá el Premio al Mejor Actor y el Premio al Mejor Equipo Técnico, sin olvidar los muchísimos premios y nominaciones con que será distinguida en todo el mundo, además de estar seleccionada para el Oscar al Mejor Film Extranjero. 
Durante la producción de "2046", ha efectuado varias pausas con objeto de poder dedicarse a otros proyectos. Ha realizado un cortometraje para BMW, "The Hire" (con otros destacados directores como Ang Lee, John Frankenheimer y John Woo), un video clip, "Six Days", para D.J. Shadow, y uno de los tres episodios del film "Eros", presentado en el Festival de Venecia de 2004 con Gong Li y Chang Chen como protagonistas (los otros dos episodios han sido dirigidos por Michelangelo Antonioni y Steven Soderbergh). 
"2046" se presenta con un impresionante éxito de crítica y público en la Sección Oficial del Festival de Cine de Cannes 2004, y este mismo año se exhibe en el Festival Internacional de Valladolid.
FILMOGRAFIA COMO DIRECTOR Y GUIONISTA
1988 "AS TEARS GO BY"
1991 "NUESTROS AÑOS SALVAJES"
1994 "LAS CENIZAS DEL TIEMPO"
1994 "CHUNGKING EXPRESS"
1995 "LOS ÁNGELES CAÍDOS"
1996 "HAPPY TOGETHER" 
2000  "IN THE MOOD FOR LOVE"
2004  "2046"
2004  "EROS"
2007  "MY BLUEBERRY NIGHTS" 
2008  "ASHES OF TIME REDUX"
2011  "THE GRAND MASTER"

Extractado de http://www.arabafilms.com/distribucion/2046/fichas/tc_wongkarwai.htm. He agregado las tres últimas películas de este director.

Este es un enlace al libro "Wong Kar Wai: Grietas en el espacio-tiempo". Para acceder, pulse aquí

domingo, 13 de febrero de 2011

Hola amigos:

Este es un nuevo blog destinado a difundir las actividades del cineclub "Ocho y medio", espacio de la Facultad de Artes de la Universidad de Nariño, en la ciudad de San Juan de Pasto, Colombia. Pero también queremos que sea un punto de encuentro para hablar de cine y promover una cultura cinéfila.
Bienvenidas todas las opiniones, sugerencias, comentarios y aportes.