jueves, 7 de abril de 2011

CINE Y ARTISTAS VISUALES: “EDVARD MUNCH” (1973)

"Edvard Munch" de Peter Watkins.

Se trata, por supuesto, de un film biográfico que retrata a Edvard Munch a lo largo de toda una época de su vida, entre su juventud en Cristiania hasta el principio del éxito crítico tras años de peregrinaje por toda Europa.

El contenido es interesante, pero lo que realmente sorprende de esta película es el método narrativo. Watkins reduce al mínimo posible el trabajo de convertir la realidad (mejor dicho, lo que sabemos o creemos saber de la historia real de Edvard Munch) en ficción, es decir en personajes, diálogos, escenas y, a fin de cuentas, invención, puro cuento. Una voz en off casi omnipresente, la del propio Watkins, nos presenta el contexto social, histórico y cultural en que desarrolla cada parte del film, desde la opresión religiosa y moralista de la burguesía de Cristiania hasta el Berlín de los años treinta, dándonos el tipo de información que muchos films históricos meten con calzador a través de un personaje secundario o de decorados en segundo plano. La puesta en escena histórica es meticulosa desde el punto de vista del vestuario, los escenarios y el ambiente en general, dando una curiosa sensación de realidad. Las "escenas" en que dos personajes dialogan son raras y, en muchas ocasiones, Watkins hace que los personajes hablen directamente a la cámara, recitando un artículo de prensa de la época, un extracto de un diario íntimo. La cámara, por su parte, filma de un modo sucio, algo nervioso y confuso, muy alejado del estilo sobrio y monumental de la mayor parte de filmes históricos. Es decir que estamos ante un cruce de documental y ficción consagrado a un esfuerzo de reconstitución histórica.

El resultado es magnífico. Por lo menos en una parte importante del metraje, pues hacia el final la retórica del artista marginado por la sociedad burguesa represiva se vuelve pesada y algo repetitiva. Y es que el film es de 1974. Sin duda, muchos de ustedes, al leer la descripción que he dado del estilo Watkins, habrán pensado en un nuevo avatar del movimiento Dogma, una modernez más. Nada más lejos de la realidad: Watkins fue un precursor, un revolucionario que ha quedado olvidado en un rincón de la historia. Desde los años sesenta, con varios films para la BBC sobre batallas históricas que la cadena nunca emitió por su sesgo claramente anarquista, hasta una reconstitución moderna de la Comuna de París de 1871 realizada hace unos años para ARTE, Watkins ha sido un experimentador del cruce entre dos vocabularios distintos: la ficción y el documental. Su estilo no sólo no ha envejecido, sino que en mi opinión es más de actualidad que nunca, más necesario que nunca para dar respuesta a las interrogaciones del cine contemporáneo, las del cine digital al alcance de todos, el cine atomizado e individualizado, que tiene entre sus manos la posibilidad única de crear un nuevo lenguaje, en lugar de imitar al cine institucionalizado de ficción y sus mecanismos archiconocidos.

 Ciertamente, el de Watkins es un cine más bien frío y cerebral, pero tiene una característica que lo hace muy humano y que permite que su esfuerzo de reconstitución haga vivir una experiencia, no sólo de manera racional, sino también por un medio mucho más sensorial, apelando a nuestro subconsciente. A través de un uso muy poderoso del montaje, Watkins va acumulando las capas de experiencia, que, en su opinión, debieron de marcar la psicología de Munch y, en particular, aquellas que a nosotros, desde el siglo veinte/veintiuno, más nos cuesta entender. Por ejemplo, la tuberculosis que le hacía escupir sangre de niño y se llevó a varios de sus hermanos, vuelve constantemente a lo largo del metraje, así como otros elementos que se van añadiendo y acumulándose cual bola de nieve. Esos recuerdos que marcan su vida y su psicología vuelven una y otra vez a través de flashes rápidos, como lo hacen en la realidad, como imáegenes que Munch va rumiando, masticando sin llegar nunca a tragárselas.

 Me he quedado francamente sorprendido por la fuerza del cine de Watkins. Él mismo es un genio que, para realizar su obra, ha tenido que vagabundear por todo el mundo, cambiando constantemente de país (Inglaterra, Estados Unidas, Suecia, Dinamarca...), enfrentándose en todas partes a moralismos y convencionalismos, así como a la obligación de hacer cine que tenga alguna posibilidad de generar ingresos. No es de extrañar que hiciera un film tan convincente y poderoso sobre otro genio ignorado.


Fuente: http://nachoasenjo.blogspot.com/2007/03/edvard-munch-de-peter-watkins.html

domingo, 3 de abril de 2011

LOS CORTOS DE BRUCE CONNER


Bruce Conner nació el 18 de noviembre de 1933 en McPherson (Kansas) y desde niño se sintió atraído por las artes. Tras estudiar en la Universidad de Wichita, se graduó en Bellas Artes en 1956 en la Universidad de Nebraska y ese mismo año realizó su primera exposición en la Rienzi Gallery de Nueva York. Tras mudarse a San Francisco, entraría a formar parte del círculobeat que comandaban artistas como Wallace Berman y poetas como Lawrence Ferlinghetti y Michael McClure.
En los últimos años de los cincuenta, Conner se especializa en crear esculturas con medias de nailon, fragmentos de muebles, fotografías, muñecas rotas, pinturas y otros utensilios. En esta misma época, inicia su carrera como cineasta independiente. Bajo la influencia de su amigo y colega Stan Brakhage, se vuelca en el mundo del cine experimental. En 1958 rueda una de sus obras más recordadas, A movie (1958), un filme de 12 minutos formado por secuencias de antiguas películas y extractos de noticiarios contemporáneos, con los que Conner crea un collage personal y agresivo, símbolo de un cine transgresor y alternativo. A movie,a la que muchos han considerado precursora de los futuros videoclips, fue seleccionada en 1991 por el United States National Film Registry para ser preservada en la Biblioteca del Congreso.
Durante la década de los sesenta, Conner compagina el cine con diversas exposiciones, siempre en la vanguardia, en las que la pintura (influido por la obra de Max Ernst), la escultura, los collages y los grabados viajan de la mano. Hasta bien entrada la década de los ochenta su obra cinematográfica se sucede: tras películas como Ten second film (1965) y Breakaway (1966) yReport (1967). En esta última, tras el asesinato de John F. Kennedy, propone una combinación de imágenes y sonidos rodados por la televisión en el magnicidio, alternados con anuncios. Otras de referencia serán Crossroads y America is waiting, un corto en colaboración con David Byrne y Brian Eno.
Hoy estamos acostumbrados al reciclaje de imágenes y de videos en internet, youtube está lleno de videos con transformaciones y recuperaciones de videos ajenos. Bruce Conner fue, desde fines de los años 50, el pionero de esta práctica. Esta forma subvierte el sentido original de los fragmentos, pero todo su sentido no se pierde. Las imágenes de la guerra en Irak siempre serán las imágenes de la guerra en Irak, aunque las recuperemos y hagamos un video clip con ellas, o las intercalemos con material de dibujos animados de Disney. Pero esta recontextualización de las imágenes hace surgir otros sentidos posibles, como si estuviesen ocultos, latentes detrás de su engañoso realismo.


Las películas de Conner suelen ser llamadas películas de "found footage" (material encontrado) o "peliculas collage". Como apunta Bruce Elder, no se trata tanto de collages como de ensamblajes. Pero podemos utlizar el apelativo "collage" entendiéndolo como una "forma de construcción en la cual las tomas sucesivas mantienen una relación distinta de la diegética entre ellas” (Elder, 25) (Diegética: que corresponde al nivel de la narración).


Texto tomado de: http://www.tipete.com/userpost/peliculas-series-y-tv-gratis/report-bruce-conner-1967-ing


“La primera película de Conner, A Movie (1958), sigue siendo uno de los más grandes logros del cine collage. Esta película presenta una visión de la fatalidad que lo abarca prácticamente todo; así la imaginería que Conner usa al servicio de su visión es extraordinariamente diversa. Sólo un aspecto de su imaginería es relevante para nosotros. A Movie abre con una imagen de película soft-core, una mujer desvistiéndose, e intercala imágenes de destrucción y de sexo. Por ejemplo, Conner presenta una imagen de un submarino cuyo periscopio se mueve de tal manera que sugiere, gracias al corte con el que termina la toma, que el operador del periscopio está mirando una película de desnudos de Marilyn Monroe. El hombre reacciona con entusiasmo –una reacción que podemos interpretar irónicamente porque sabemos que originalmente esta respuesta debe haber correspondido a la visión de una nave enemiga- y dispara un torpedo. La connotación sexual es cómica pero, en esta imagen, Conner combina también un elemento de terror. La secuencia de montaje transmuta el torpedo disparado en una explosión de bomba atómica, esto expande las dimensiones y la intensidad de este terror, el cual Conner ha asociado ahora a la sexualidad y al cuerpo.
Así, la película presenta un cuadro de un mundo tercamente dedicado a la destrucción e identifica la energía fálica como la fuerza que conduce el mundo hacia su perdición: A movie trata de aquello que estamos mirando cuando vemos una película, es decir principalmente imágenes de sexo y destrucción. Se involucra con los orígenes del cine: impulsos voyeristas. Las primeras imágenes, tras la sección inicial (la cual consiste en una secuencia de créditos extendida en la cual, con un acompañamiento de música grandilocuente, Conner presenta repetidamente su propio nombre y las palabras “El Fin” en letras grandes, algunos efectos de parpadeo, y el material de la mujer desvistiéndose), son de películas del Viejo Oeste. Un elefante, huyendo de unos cazadores es introducido, aparentemente, en el espacio diegético de las película de vaqueros. Un vagón conducido por vaqueros se dirige hacia el plano de la película; un corte convierte el vagón en un tanque militar, que persigue al elefante. Aquí siguen un número de imágenes que muestran varios tipos de percances y varios tipos de comportamientos destructivos y temerarios mezclados con imágenes que incorporan formas fálicas para sugerir la naturaleza fálica de nuestros impulsos destructivos. Más adelante, varias tomas de la película invocan la ideas de la pureza prístina de la naturaleza; pero invariablemente, una vez que esta idea ha sido invocada, las tomas que siguen sugieren cómo una tecnología fálica provoca la destrucción en la naturaleza.
Deliberaciones más profundas acerca de los temas de la película permiten comprender el carácter oscuro del humor de Conner. Varios psico-historiadores, principalmente Rudolf y Margot Wittkower con Nacidos Bajo el Signo de Saturno, han establecido un vínculo entre los estados de la melancolía y el impulso de crear. La depresión sucede tras la pérdida del objeto. Normalmente, la frustración y la agresividad provocadas por la pérdida del objeto sería dirigida hacia mundo –hacia el objeto perdido o algún representante de este, o alguien con poder sobre este, que podría (aun en la fantasía) ser capaz de restituirlo. La depresión resulta cuando una persona, incapaz de soportar las consecuencias reales o imaginarias de dirigir esa agresión hacia afuera, la dirige más bien hacia adentro y la interioriza. Pero eso que hace el depresivo, él (o ella) sólo lo hace a una escala exagerada, porque todas las personas aprenden a desviar su agresión del blanco pretendido, y las consecuencias de esta desviación siempre tienen un componente agresivo. Max Horkheimer y Theodor W. Adorno, en Dialéctica del Iluminismo, escriben que “la historia de la civilización es la historia de la introversión del sacrificio. En otras palabras: la historia de la renunciación”. Dado que el sacrificio no es más que la pérdida deseada, la formula de Horkheimer y Adorno de la introversión del sacrificio, no es más que la fórmula usada por Freud, interiorizar la agresividad, para explicar la melancolía. La afirmación de Horkheimer y Adorno, de que la civilización y el sacrificio están íntimamente vinculados, equivale a la propuesta de que una civilización siempre engendra cierto nivel de depresión, de duelo. A Movie presenta varias escenas de sacrificio ritualizado, pero la duración extendida de las tomas (aunque sea una película de collage, los cortes no son rápidos), el hecho de que las tomas no tienen lugar en un espacio diegético que las abarque todas, la dificultad que tenemos para estabilizar las tomas y discernir su sentido literal, y la naturaleza trágica de lo que tantas de ellas representan, todo ello contribuye a crear una sensación de duelo. Para resumir, podemos interpretar A Movie como una ilustración virtual de la tesis de Horkheimer y Adorno y, al mismo tiempo, como un psico-retrato virtual hecho por Conner, acerca de su tristeza, de su frustración, y aun, de su rabia” (Elder, 27-29).

Traducido a partir de: Elder, R. Bruce. A Body of Vision: Representations of the Body in Recent Film and Poetry. Waterloo: Wilfrid Laurier University Press, 1998.


Fuente: http://www.tipete.com/ext?url=http://visionesmetaforicas.blogspot.com/2009/01/bruce-conner-parte-ii.html&ad=http://www.vxv.com&w=800&h=800

LAS PELÍCULAS DE WONG KAR-WAI: ASHES OF TIME REDUX (2008)

Atípico, sorprendente Wong Kar Wai
Ashes of time Redux. Wong Kar Wai, Hong Kong, 1994-2008

Por Arantxa Acosta


Ambientada en el "jianghu", universo de la cultura china basado en un mundo regido por las artes marciales y liderado por poderosos espadachines, nos llega Ashes of Time, peculiar film donde la huella de Wong Kar Wai se deja entrever, aunque hay que reconocer que, aunque nos tiene acostumbrados a notables rarezas con un sello muy personal, esta es una de las creaciones más atípicas de este prolífico director... y es que quien busque un film del asiático, no lo encontrará, y quién busque un film de acción medieval... pues mucho menos...


Wong Kar Wai rodó Ashes of Time en 1994, y ya entonces dijo que no había quedado satisfecho con el resultado. Quince años después, y motivado por haber sabido que los negativos originales del film estaban en muy malas condiciones, el director ha decidido recuperar este material y, añadiendo efectos, cambiando la banda sonora y sobre todo, rodando nuevas escenas, presentó en Cannes la versión Redux, contando la historia que le hubiese gustado desde un inicio...

Sorprendió ya en su momento, cuando era su tercer film (de antes son As tears goes by y Días salvajes) con esta historia de heroicos espadachines chinos: Ouyang Feng vive en el desierto tras haber dejado años atrás su pueblo natal, cuando la mujer a la que quería decide casarse con su hermano. Desde entonces, vive en su retiro personal, cínico y cruel con los pocos que se le acercan... pero es gracias a ellos y a las historias que les unen que acaba dándose cuenta del error que ha cometido: la soledad le ha apartado del mundo, de sus amigos. De su amada.


Wong Kar Wai, famoso por rodar películas en las que logra plasmar los sentimientos de las personas simplemente con el encuadre adecuado o la frase correcta en el momento justo, también lo consigue, sin lugar a dudas y de forma magistral, en el film. Pero... ¡Ay! El resultado es demasiado confuso... quizá por un problema de metraje original (le quedaba poco material en el que basarse, mucho ya se había destruido), quizá por un tema de no saber muy bien cómo resolver las historias como consecuencia de lo anterior... o quizá por querer utilizar la misma fórmula de siempre en una historia que sí debería tener un final claro (ya que, por primera vez y como excepción en todos sus films, tenía definido el guión completamente desde el inicio, ya que está basado en una novela), la verdad es que este Redux acaba dejando mucho que desear: dejando a un lado, como siempre, la maravillosa fotografía que le caracteriza, con colores tierra y fuego muy saturados (claro reflejo del apasionado y tortuoso mundo de sus protagonistas), y con imágenes borrosas, imposibles primeros planos y ralentización de escenas que acentúan el elevado dramatismo del guión... nos encontramos con una complejidad narrativa que dificulta demasiado el avance de la película. Quizá sea porque nos recuerda a la fórmula de Happy Together, o My Blueberry Nights (sí, ya se qué son posteriores... pero no se puede rebatir que una cosa es ser original, y otra tirar siempre de recursos tipo voz en off, montaje desacompasado - hasta cerrar el círculo de la historia global, encuadres angulosos...), y los incondicionales se lo perdonarán, evidentemente, pero es innegable que estos recursos no salvan un guión cojo... cojo por sus vaivenes, por su imprecisión... Y, a pesar de ello, puede que esto mismo sea lo que le da más fuerza al film, lo que lo convierte en una historia tan desdibujada como fantástica... muy acorde con el universo representado. Y también es verdad que fue una de sus primeras películas, por lo que esta imprecisión puede ser también reflejo de estar inmerso en la búsqueda de su propio estilo...



En definitiva, y en cualquier caso, deja buen sabor de boca a los que estamos acostumbrados a sus films, lentos y complejos, y algunos de sus mayores detractores podrán encontrar esta película interesante, aunque sólo sea porque se aleja del Wong Kar Wai de los últimos años. Al fin y al cabo, no es un film de grandes escenas de lucha, pero tampoco escasean, ni es un film romántico, pero hay varias historias de amores y desamores... es una historia de héroes solitarios en búsqueda de su verdadero yo interior... ¿Conclusión? Es imperativo verla para tener una opinión. Y os aseguro que no será una pérdida de tiempo, sea cual sea la impresión final.



Enlace a la página oficial, en español,  de la película: http://www.ashesoftimeredux.es/

sábado, 2 de abril de 2011

Nueva programación del Cine Club Ocho y 1/2

Debido a algunos inconvenientes con la presentación de las películas previstas, ha sido necesario modificar la programación. Por tal motivo, se ha diseñado un ciclo especial dedicado al cine y las artes visuales, con algunos biopics de pintores y documentales.


Hacer click en la imagen para agrandar