domingo, 11 de noviembre de 2012

Cine y jazz. ACORDES Y DESACUERDOS. Estados Unidos, 1999.


FICHA TÉCNICA

Título original: Sweet and lowdown
Dirección y guión: Woody Allen.
Duración: 95 min.
Intérpretes: Sean Penn (Emmet Ray), Samantha Morton (Hattie), Uma Thurman (Blanche), Brian Markinson (Bill Shields), Anthony LaPlaglia (Al Torrio), Gretchen Mol (Ellie).
Producción: Jean Doumanian.
Fotografía: Zhao Fei.
Montaje: Dick Hyman
Diseño de producción: Santo Loquasto.


SINOPSIS



América, años 30. Emmet Ray es un genio del jazz, un guitarrista magistral que vive obsesionado por el legendario Django Reinhardt. Sin embargo, en cuanto baja del escenario, se convierte en un tipo arrogante, zafio, mujeriego y bebedor. En definitiva, aunque sabe que es un músico con talento, también sabe que su licenciosa vida, su tendencia a meterse en problemas y su incapacidad para comprometerse le impiden alcanzar la cima profesional y sentimental. Un día Emmet conoce a Hattie, una chica muda con la que empieza a salir. (FILMAFFINITY)


RESEÑA



La sombra de Django

Aunque Thomas Alva Edison sólo hubiera inventado la bombilla ya tendría asegurado un lugar en la posteridad, aunque Goya únicamente hubiera pintado "Los fusilamientos de la Moncloa" ya aparecería en todos los libros de arte, aunque Miguel Induráin sólo hubiera ganado un Tour de Francia  su nombre sería recordado por millones de aficionados. ¿Qué decir pues de Woody Allen, quizás el mayor genio vivo de la cinematografía?. Aunque solamente hubiera dirigido "Annie Hall" ya entraría de lleno en la historia del séptimo arte. "Acordes y Desacuerdos" su último estreno entre nosotros viene a acrecentar el mito.
Siguiendo la costumbre de Allen de bautizar sus películas con una par de sustantivos unidos por una conjunción ("Sombras y niebla", "Maridos y mujeres", "Delitos y faltas"), la jocosa traducción castellana de "Sweet and Lowdown" invita a creer que se trata de una comedia alocada al estilo de "Misterioso asesinato en Manhattan" pero no es así. "Acordes y desacuerdos" es una película que rezuma homenajes por los cuatro costados: primero al jazz y al swing al que el autor rinde siempre que puede pleitesía (sobretodo al jazz anterior a la II Guerra Mundial, el be-bop o el cool le son más ajenos) incluyendo más de treinta cortes musicales en un metraje de hora y media; luego al cine mudo de Chaplin y Keaton con la presencia de una tan deliciosa como sorprendente Samantha Morton y por último retoma la querencia del director y guionista por crear falsos personajes supuestamente reales como ya hiciera en "Zelig".
Pero la genialidad en esta ocasión no llega de la mano de las armas habituales. No es esta vez el diálogo el pilar fundamental de la construcción de los personajes aunque es imposible no apreciar el dominio de Allen en este menester ya que seguramente se trata del mayor creador de frases brillantes por centímetro de celuloide. En esta película, en cambio, los personajes se resuelven a partir de detalles, de planos, de miradas, de gestos que son engarzados pieza a pieza por un extraordinario intérprete para conseguir un personaje adorable y mezquino llamado Emmet Ray, un tipo profundamente humano, un ruin bondadoso, un torpe habilidoso, un niño hombre. Sean Penn ofrece al anonadado espectador un trabajo endiabladamente bueno. ¿Quién podría pensar que aquel pendenciero hijo de director, casado con la starlette Madonna sería hoy por hoy uno de los mejores actores del panorama cinematográfico?. Penn consigue crear un personaje típico de Woody Allen pero no tópico. Ni imita ni caricaturiza lo que cualquiera podría pensar que es un personaje alleniano sino que reinventa y recrea la vida de un artista marcando su crueldad infantil, su egolatría, su miedo al compromiso y al fracaso, su ánimo de niño travieso. Cualquiera que lea esto pensara que se va a encontrar en el cine con un tipo repugnante pero no es así, la habilidad de Allen tras la cámara y el dominio dramático de Penn en pantalla convierten a Emmet Ray en un personaje al que uno se rinde sin condiciones, tan fascinante y excéntrico como cautivador.
Allen, un tipo que lleva la friolera de 13 nominaciones al Oscar al mejor guión original, no deja de sorprender con su escritura, ya sea esta mordaz, hilarante, sombríamente cotidiana o radiantemente fabulada. Estoy seguro de que una de las cosas que generaciones posteriores nos envidiarán será que nosotros hayamos podido ver la obra de Woody Allen en vida y que hayamos tenido nuestra ración (banquete más bien) anual de genialidad. No desaprovechemos este regalo.

Ismael Alonso

Fuente: http://www.labutaca.net/films/colabora/acordesy.htm


GALERÍA
















TRÁILER (en inglés)




ENLACE DE INTERÉS

Para descargar la banda sonora original de la película, haga click aquí

No hay comentarios:

Publicar un comentario